Reencuentro con nuestros orígenes
Viaje a Marruecos 2024
Un año más hemos podido disfrutar de la compañía de nuestros socios, amigos y familiares en el ya tradicional viaje de La Medina a Marruecos. Una maravillosa forma de reencontrarnos con nuestros orígenes y poder pasar el legado a nuestros jóvenes.
El pasado 15 de mayo, la Asociación La Medina ponía rumbo a nuestros orígenes. Ciento quince personas, entre socios, familiares y amigos, emprendíamos nuestro ya tradicional viaje a Marruecos.
Por primera vez, un numeroso grupo de cincuenta y seis personas volaba directamente de Madrid a Tetuán en un magnífico vuelo a Sania Ramel. Otras cincuenta y nueve lo hacían en su tradicional paso del Estrecho. Sobre las 17:00 horas, el hotel Atenas nos recibía con música, baile y un suculento té con sus tradicionales pasteles tetuaníes.
Las calles del centro de nuestro Tetuán volvían a ver pasear a sus hijos como lo hicieran cincuenta y sesenta años atrás. Siempre somos muy bien recibidos por los ciudadanos y autoridades municipales, quienes, con el alcalde al frente de un nutrido número de ediles, nos dieron una calurosa acogida en los maravillosos y cuidados jardines de la Escuela de Artes y Oficios, donde intercambiamos unos bonitos regalos.
Para el recorrido por la Medina (Patrimonio de la Humanidad), formamos tres grupos para que los guías pudieran explicar calles y edificios en una mañana soleada que permitía dejar pasar los rayos de sol por el enrejado de maderas que protegen las calles de nuestra Medina.
Un recorrido por las bonitas playas de Tetuán incluyó una parada para comer en el maravilloso hotel Marina Smir. Este hotel de cinco estrellas, con sus jardines paradisíacos, nos recibió con un bufé a la altura del lugar. Una vez terminada la comida, unos optaron por poner rumbo a Rincón para pasear por su playa y comprar en el mítico Alibaba, mientras otros optaron por volver a Tetuán.
A las 18:00 horas, en el Instituto Cervantes celebrábamos el “Día de la Convivencia”. Meses atrás trabajamos junto al Cervantes para que todo aquel que quisiera contara sus recuerdos y vivencias junto a nuestros vecinos marroquíes, judíos y españoles. Se han recopilado datos, tanto escritos como en audio, y seguimos trabajando en el tema. Con todos estos relatos haremos un libro donde dejaremos constancia de nuestro paso por estas ciudades marroquíes.
Otra de las paradas de rigor fue la visita a Chauen. Es indispensable hacer esta jornada en la bellísima ciudad azul, recorrer sus calles, visitar su manantial y hacer un recorrido por todos sus comercios, hoteles, restaurantes y un sinfín de casas riad, que florecen cada año.
Un año más, en el Palacio Sada, celebramos nuestra tan esperada cena de gala, en un maravilloso paraje medieval. La entrada a la Medina por la famosa Puerta de la Reina, Bab Okla, y el recibimiento por los músicos gnawa en ese pasillo que nos lleva al interior del Palacio, donde unas mesas cuidadosamente decoradas y unos platos típicos apuntaban ya a que la noche prometía. Música marroquí, cuadro flamenco también de Tetuán y la actuación espontánea de la familia Hernández-Machuca, con Roberto a la guitarra, y Lola y Clara (madre e hija) dejaron una huella para recordar con sus maravillosas voces.
Visitamos la ciudad de Tánger, con un crecimiento exponencial. Esta ciudad encantadora guarda, a pesar del paso de los años, su encanto cosmopolita de antaño. Visitamos su medina, mercado y calles populares, no sin antes hacer una parada en Cabo Espartel, donde se contempla la entrada sur del Estrecho de Gibraltar, y donde podemos ver, si el día lo permite, el distinto color de las aguas del Atlántico y el Mediterráneo.
No me iría del entorno sin antes dar un paseo junto al mar a lomos de unos simpáticos dromedarios.
Almorzamos en el Hotel Barceló de Tánger, con un espléndido bufé y sobremesa en los jardines del hotel.
El domingo 19 poníamos fin a este maravilloso viaje no sin antes escuchar misa en nuestra querida iglesia. A pesar de mis sentimientos, me sentí extraño pues no tuvieron la deferencia de decir la misa en español, a pesar de nuestra presencia, y la dijeron en francés.
Dimos paseos y visitamos Tetuán para algunas compras de última hora. Por último, sobre las 15:00 horas, poníamos rumbo al aeropuerto Sania Ramel.
En definitiva, este viaje, que me permito calificar de insuperable, llegó a su fin. Ya de vuelta a casa, comenzamos a trabajar en nuevos eventos que nos permitan disfrutar de la amistad y el cariño hacia nuestras raíces.
A todos y cada uno de vosotros que habéis viajado con nosotros en este 2024, ¡gracias! Gracias por compartir nuestras alegrías y alabanzas a nuestra tierra.
Un comentario
Un viaje inolvidable como todos los que hemos hecho con la asociación, todo muy bien organizado y disfrutando de muy buena compañía, el año que viene repetiremos.